Pintura sobre Masonite
Carmelo revive en los colores las formas espontáneas e imprevisibles de lo que aparece en este adentro/afuera que nos configura y que llamamos «naturaleza». La milenaria quietud de los árboles, la ilusión acústica del viento, el ciego vuelo de los pájaros, la caída de un jobo, la altura de las hojas y las hojas derramadas, o la historia de una montaña entera arrasada por la maquinaria de los contratistas. Caimito sí, pero también el eco inmenso del planeta entero: el grito silencioso de la gran madre Tierra.
Francisco José Ramos, 1991
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