Dibujo: Panorama ausente
En esta exposición de dibujos, de Carmelo Fontánez, vemos una hermosa síntesis del discurso estético que el artista ha desarrollado durante las tres últimas décadas de su limpia carrera, y que lo diferencian de nuestros otros grandes dibujantes.
En la serie de dibujos que se exponen en la Galería Sin Título, el artista yuxtapone unas formas claras y suaves, casi etéreas, a unas de una fuerza maravillosa. El producto final es un perfecto poema lleno de ritmo y sensualidad, poema que combina la intensidad de un sueño erótico, la magia del vuelo de un colibrí, la belleza y los secretos de nuestras flores y nuestras frutas, el misterio de nuestras piedras, y el lirismo de nuestros atardeceres.
Mediante el magistral uso del grafito, Carmelo Fontánez juega con el contrapunteo entre unas formas «livianas», casi etéreas, que nos acercan al espíritu, y unas formas más oscuras (unos poderosos grises y unos impresionantes negros) llenas de intensidad, que nos acercan a la pasión, a la carne, al mundo de la fertilidad.
Estamos frente a unas espléndidas topografías donde la Naturaleza y Eros juegan una serie de juegos de seducciones. Las playas, los acantilados, los árboles, las raíces, las hojas, el viento, los arroyos, las piedras, las semillas, las frutas, los sexos, y las ganas de todos nosotros, participan en un ritual atemporal que no es otra cosa que la celebración de la vida.
En los «paisajes» de este acróbata de las metáforas visuales no sólo incluyen hermosos rincones de Puerto Rico, sino que encontramos el más poderoso erotismo caribeño; no sólo está la riqueza de nuestros campos y la frescura de nuestras sombras y nuestro viento, sino que encontramos las curvas y los ritmos que nos definen físicamente como pueblo.
En esta exposición otra vez Carmelo Fontánez nos demuestra que es un Maestro en el campo del dibujo, y que sus composiciones son invitaciones para entender este planeta que siendo azul claro le llamamos Tierra, la Naturaleza que nos rodea, y en última instancia, a entendernos a nosotros mismos y nuestra relación con la Belleza y el Bien.
Manuel Álvarez Lezama
1987
Profesor de la Universidad de Puerto Rico, de la Escuela de Artes Plásticas y Crítico de Arte.
Ensayo para el catálogo de exposición.
Fontánez’s visual discourse —full of freedoms, full of rhythms— combines elements of an oriental syntax and his own lyrical expressionism. Usually his drawings are poetic approaches to nature and its immense gifts. His ‘skies’, ‘roots’, ‘fruits’ and ‘rocks’ make us understand that we are not only the daughters and the sons of Mother Nature but that right now we have to be —above all— Nature’s keepers.
Manuel Álvarez Lezama
Extract from his review of the exhibition «Panorama ausente».
The San Juan Star / Venue
November 2, 1997, P. 15-16
Carmelo Fontánez’s «Derrumbe» is because we belong to the Earth and posses branches and roots, and because leaves are necessary to continue dreaming, so that the woods will always exist, and because each fall we become stronger.
Manul Álvarez Lezama
1996
Carmelo Fontánez ha demostrado en sus dibujos el buen manejo del grafito. Sus trazos prolongados y seguros son desarrollados de un impulso. Muchas de las líneas dejan ver el dominio del dibujo, pues manipula el medio a su antojo. Cuando lo desea, origina variantes de un mismo rasgo; otras veces, las puede realizar con una homogeneidad inusitada poco común. Sabe dar a cada rasgo un peso diferente a fin de mantener activa la mirada del espectador, y transmite el efecto de texturas al plasmar obscuridades y claridades con habilidad. Al observar la sucesión de vetas, notamos que si las disociáramos cada una podría mantener su valor estético por su nobleza caligráfica. Ese producto lo consigue al conferirle cualidades especiales a los objetos representados. En las raíces de esa figuración nos transporta imaginariamente hasta el subsuelo. A la vez, el contexto posee el encanto de aquello que preserva esa sensualidad inocente registrada en el cosmos. Otro punto a señalar es cómo, ocasionalmente, va degradando la línea hasta que se pierda en la lumínica blancura del papel, lo que representa la pureza perpetua en la naturaleza.
José A. Pérez Ruiz
1997
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