Dibujo: Panorama en 3 tiempos
Tres momentos de un mismo paisaje, que se unen en un espacio aparentemente vacío que también se transforma.
Carmelo Fontánez, 2015
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FRAGMENTACIONES, Carmelo Fontánez y Jaime Romano, Galería SPACE, Guaynabo, PR, 2024
«Porque sostengo que estas figuras no son como las otras, bellas por comparación, sino porque son siempre bellas en sí por su naturaleza; y que procuran ciertos placeres que le son propios y no tiene nada en común con los placeres producidos por los estímulos carnales».
Platón, Fiilebo.
La invención de la delgada hoja de papel ha sido uno de los descubrimientos más importantes de la historia de la humanidad. Por sus propiedades el material es soporte principal de la escritura, además de ser un recurso importante para los artistas plásticos que lo utilizan habitualmente para bocetar y estudiar las características de una obra futura y para la creación de obras de arte, ya sean como piezas únicas o como ejemplares originales reproducidos de manera limitada. El papel ha sido un material en el que los artistas no han cesado de explorar posibilidades significativas, por lo que han desarrollado estrategias formales para convertirlo en un elemento inseparable del discurso expresivo y por tanto un componente que puede cobrar protagonismo en la obra artística. Carmelo Fontánez (San Juan, 1945) y Jaime Romano (San Juan, 1942), son dos de los creadores más respetados de la plástica nacional. Durante casi seis décadas cada uno ha explorado las posibilidades de diversos medios de expresión en distintos materiales, técnicas y soportes. Adeptos al movimiento abstraccionista, en cada uno de los medios que han trabajado se observa un marcado interés por el estudio de las propiedades del color. En esta exposición que organiza la Galería SPACE, los artistas presentan su obra en papel más reciente, Fontánez sus dibujos, Romano sus collages, piezas que como de costumbre no decepcionan y que a primer golpe de vista muestran el empeño técnico y conceptual que han caracterizado siempre sus imágenes estéticamente eficaces.
Carmelo Fontánez encuentra su fuente de inspiración en la naturaleza, en las formas que distingue en el exuberante entorno natural que rodea su casa de Caimito en la zona montañosa del sur de San Juan. Aunque su práctica artística se basa en los principios de la abstracción, al mirar con detenimiento sus imágenes resulta inevitable no reconocer en ellas rasgos de la realidad o figuraciones abstraídas de la naturaleza. Siendo la naturaleza la fuente primaria que nutre su obra, se deduce que de ella proviene el color de sus pinturas y las formas orgánicas de sus dibujos. Es evidente que el artista quiere evadir cualquier representación fidedigna de la realidad, por eso abstrae las formas de la naturaleza recurriendo a las impresiones fragmentas que de ella guarda en su memoria donde sabe se aloja lo esencial que desea expresar en su obra.
Los dibujos que presenta Fontánez en esta exposición corresponden a la serie Panorama en tres tiempos, un espléndido conjunto de dibujos donde utiliza el color de los marcadores de tinta permanente Sharpie. Las estrategias compositivas que el artista utiliza magistralmente en esta serie, plantean una reflexión profunda sobre el constructo occidental de la mirada orientada a ordenar y organizar lo visible y su experiencia como modo de entender el mundo y las cosas. Es decir, el orden que preponderadamente orienta la mirada a las áreas que están «ocupadas» (el llamado espacio positivo o «lleno»), donde tradicionalmente se ha establecido que existe y sucede «algo», en menoscabo a las áreas que percibe están «sin ocupar» (el espacio negativo o «vacío»), donde no existe nada y nada sucede.
Lo primero que llama la atención de esta serie es la intachable selección de colores y la monocromía que evitan emular una representación mimética de la realidad. Lo segundo, la delicadeza de las líneas ondulantes, los arabescos que dan sensación de movimiento, el fino calado y las logradas texturas visuales. En tercer lugar, los armónicos contrastes entre el color del dibujo y las tonalidades del papel que evitan que las figuraciones abstraídas de la naturaleza parezcan figuras aisladas sobre la impoluta vacuidad de la hoja de papel. Con notable pericia el artista convierte el papel en forma y «ocupa» con imaginarios valles, ríos, lagos o fenómenos atmosféricos, las áreas de papel donde no ha intervenido su mano, áreas «sin ocupar», configurando así quiméricos paisajes, como aquellos de la antigua tradición oriental donde cabe todo y todo sucede.
El arte de Jaime Romano está estrechamente ligado a la literatura, la música, la cinematografía y al estudio de las obras de los grandes maestros de la historia del arte. En estas disciplinas el artista identifica los temas que le sirven de inspiración para la creación de sus obras, ya estén estas realizadas en lienzo, papel o concebidas como construcciones. Al decir del propio artista, su proceso creativo comienza con la conceptualización de la idea que tiene en mente, ejercicio que después le permite determinar la selección de materiales y la aplicación de la técnica adecuada. Producto de este proceso es un cuerpo de trabajo que se distingue por su solidez conceptual, que se caracteriza por el uso de componentes geométricos, por su cromatismo, por el manejo del accidente controlado, por sus transparencias y por su marcado lirismo.
En esta exposición Romano presenta un conjunto de obras recientes en las que utiliza la técnica del collage. En ellas el artista incorpora, con un enfoque de medias mixtos, anacrónicos sellos de ocre, lomos de libros antiguos, páginas de libros color ocre como consecuencia de la oxidación del papel y trozos de ellas con los bordes quemados. Asimismo, integra papeles trabajados con aguadas que se superponen en capas pigmentadas semitransparentes, trozos de papeles rasgados y dos dibujos a tinta y carboncillo a los que el artista ha dado segunda vida. En algunas de las obras también se percibe el color de la hoja de papel que sirve de soporte. Es evidente que en estas obras las ideas subyacen bajo los planos geométricos y las formas fragmentadas de los elementos que la conforman.
Los collages de Romano, como todos los collages, son composiciones hechas de fragmentos. Aunque los fragmentos son parte de un todo, sólo dan pistas de una totalidad presumible, tampoco pueden narrar una historia, sino muchas historias probables. Se pueden intuir las emociones o los conceptos que el artista quiere transmitir a través de símbolos u otros elementos visibles, pero solo será intuición. Por todo esto, muchos teóricos piensan que los collages, inventados por los cubistas sintéticos a principios del siglo XX, serán el futuro de la abstracción. Esta paradoja parece poner en crisis las reflexiones conceptuales de los artistas. Nada más lejos de la verdad, pues al incluir los múltiples pensamientos interpretativos del espectador le añade a la obra nuevas dimensiones de sentido así como posibilidades de transformación continua desde un plano decididamente ontológico.
El papel es uno de los materiales más versátiles que se conocen, pues se puede doblar, cortar, rasgar, pintar, pegar y mezclar con otros materiales, además se puedan usar en él una gran variedad de técnicas que van desde el dibujo a lápiz hasta el pastel, desde la tinta hasta la a acuarela. La versatilidad del papel y sus infinitas posibilidades expresivas ha estimulado la creatividad y despertado la imaginación de muchos artistas. Asimismo, el uso del papel ha dado lugar a diversos replanteamientos conceptuales como elemento compositivo y discursivo. Hay que apuntar que trabajar con este material implica identificar y conocer los recursos más idóneos para cada técnica, toma de decisiones anticipadas, precisión, paciencia, muchísimo talento, todo lo que tienen en suma Carmelo Fontánez y Jaime Romano.
José David Miranda
San Juan, 28 de enero de 2024
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