La serenidad de la personalidad del artista es, sin lugar a dudas, la cualidad de descanso, ascensión o evasión en su «sentido-de-paisaje». En esta etapa de obras al carbón —formas rocosas: cañones o desfiladeros, canteras o capas geológicas— una sugestiva sensación de movimiento en caída vertical o un arrastre en sentido diagonal se deja notar en realizaciones que cubren la totalidad del plano en el papel.